Cuando Grace cumplió 10 meses decidimos adiestrarla con la ayuda de un profesional (ojalá lo hubiéramos hecho mucho antes).
No es que Grace tuviera un mal comportamiento en absoluto, ni fuera agresiva, etc… Tenía ciertos vicios que queríamos corregir con el objetivo de que tanto ella como nosotros pudiéramos disfrutar, aún más si cabe, del vínculo mutuo que nos une.
El principal motivo por el que nos hemos decidido a buscar ayuda profesional ha sido el tema de andar con ella sin tirar y su tendencia a salir detrás de bicicletas, monopatines, niños corriendo, etc… con el consiguiente peligro que conlleva (para los niños y para Grace).
Los weimaraner son perros muy inteligentes, listos y muy buenos. Pero también son algo tercos (sobretodo cuando son cachorros) y necesitan bastante paciencia para educarlos. Aunque ya teníamos un perro anteriormente, Grace nos ha exigido mucha más dedicación en su educación.
Por todo esto y porqué también teníamos muchas ganas asistir a clases de adiestramiento, hemos decidido llevar a Grace a un adiestrador profesional. Estuvimos buscando información y fuimos a parar a JAG-GOS, a cargo de Julián Albala. Julián lleva ya 30 años adiestrando perros y es un profesional de reconocida experiencia.
Durante las dos primeras semana de adiestramiento, dejábamos a Grace por la mañana (Julián la trabaja por la mañana) y la íbamos a recoger por la tarde, momento en que realizábamos una clase en grupo con todos los perros (con sus dueños) que en ese momento tenía en el centro; de 10 a 20 en todas las clases. Además, los fines de semana vamos todos juntos a hacer excursiones donde practicamos lo que hemos estado trabajando durante toda la semana.
El adiestramiento, duró entre 40 y 60 días durante los cuales íbamos a clase casi cada día. Las clases son siempre en grupo y en las instalaciones del adiestrador. Durante este tiempo el perro y sobretodo los dueños, aprendemos a seguir unas normas y a actuar de forma que el perro nos obedezca en cualquier situación. El método de Julián funciona al 100%, os lo aseguramos.
Una vez concluido el adiestramiento básico, seguimos yendo a las clases puesto que nos encanta estar rodeados de perros y compartir nuestra afición con más personas como nosotros. Hemos hecho de las clases un hobby que nos encanta y nos permite seguir educando a nuestra ‘peque’ puesto que, no lo olvidemos, la educación es algo que nunca hay que dejar de hacer y que requiere constancia para no perder lo aprendido.
Si queréis contactar con Julián, estará encantado de hablar con vosotros 🙂
